Malos tiempos para la gestión del agua subterránea

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Autor: Marc Martínez – Vocal de Hidrogeología – Colegio de Geólogos | La situación de la hidrogeologia en España me recuerda a aquella escena de “El Baile de los vampiros”, en la que el héroe huye de un vampiro por una galería y empieza a correr y correr para dar la vuelta entera y llegar al punto de partida, donde el vampiro le espera. A la hidrogeología en España le pasa lo mismo.

La confusión hidrogeológica continua. El Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino, que engloba al antiguo de Agricultura y al de Medio Ambiente, ha descubierto que es preciso conocer de qué recursos se dispone en cada cuenca ¡que visionarios!. Ya en 1994, en el Libro Blanco de las Aguas Subterráneas (MINER-MOPTMA, 1994) se recomendaba una ambiciosa serie de medidas de ordenación y programas de actuación: actualización de inventarios, redes oficiales de control, censo de aprovechamientos, estudio de los acuíferos con sobreexplotación, normas para el otorgamiento de nuevas concesiones, directrices para la ordenación de vertidos, perímetros de protección para captaciones de abastecimiento, protección de zonas húmedas, emplazamientos de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), prevención y corrección de la contaminación por actividades industriales, nitratos, pesticidas, infraestructuras para captación en periodos de sequía, abastecimiento a núcleos urbanos, recarga artificial de acuíferos e integración de las Unidades Hidrogeológicas en los sistemas de explotación. Estas medidas reflejaban las deficiencias existentes en el conocimiento y control de las aguas subterráneas; así, la actualización de inventarios permitiría conocer cuantas captaciones existen, legales, alegales o ilegales; las redes oficiales muestran el escaso conocimiento de los acuíferos. Existía un “paquete” de programas relacionado con el conocimiento del uso y extracción actual y futura de las aguas, otro con el posible problema de contaminación por diversos orígenes y componentes de las aguas subterráneas (vertederos, industria, nitratos, etc). Asimismo, se reflejaba la necesidad de infraestructuras en época de sequía y el escaso uso conjunto aguas superficiales-subterráneas. ¿Bonito, verdad? ¿Cuánto de esto se ha hecho?Ahora ya no son Unidades Hidrogeológicas, ahora son masas de agua subterránea. Llámalo X. La falta de conocimiento y escasez de actualización de información continua.

Sin embargo, se descuelga la ministra con que “… el Gobierno quiere un diagnóstico del déficit estructural de cada una de las cuencas españolas. Después evaluar las necesidades de cada zona y cuantificar la oferta con todos los recursos disponibles, sin descartar trasvases si fuera preciso” (EL PAÍS, 2 de junio de 2008).

Posiblemente todo se reduzca a estrujar los recursos superficiales hasta máximos insospechables, y olvidar las aguas subterráneas, un recurso bueno, bonito y BARATO, sobre todo para los abastecimientos públicos. Pero este olvido de las aguas subterráneas podría llevar a un crecimiento desaforado de captaciones alegales o ilegales, sobre todo si se regula el uso de las aguas superficiales para abastecimiento y se reduce el uso agrario. No es nada nuevo que hace falta conocer los acuíferos y reordenar las extracciones y explotaciones. Sin embargo, los medios son siempre escasos. Existen pocos hidrogeólogos en las plantillas de las Confederaciones Hidrográficas, no deben llegar a 40, para toda España, y en las últimas oposiciones convocadas, en época de sequía, (BOE la ORDEN ARM/1449/2008, de 19 de mayo, ver la página weg del ICOG) sólo convocan una plaza de hidrogeólogo.

La modificación del texto refundido de la Ley de Aguas, propuesta desde el entonces Ministerio de Medio Ambiente, podía haber sido una buena oportunidad de solucionar o mitigar los problemas… Pero no, su congelación o momificación en la pasada legislatura, para evitar iras agrarias, puede llevar a un lamentable futuro a los acuíferos españoles, ahora que la crisis del ladrillo puede precisar para mitigarla numerosas obras hidráulicas.

Tal vez la noticia sobre Tablas de Daimiel ” La Unesco planea desproteger las Tablas de Daimiel”
pretende que la gente reflexione acerca de proteger sobre el papel un bien que en realidad no está protegido y se mantiene artificialmente. Este autoengaño es como ver venir un tren en marcha y cerrar los ojos para pensar que no viene. El tren está ahí y te acabará pillando como no hagas algo.

Hagamos algo.