La prueba más fehaciente del calentamiento global la ofrece la rapidez con la que se están reduciendo los glaciares del Himalaya. Estos sistemas son la fuente de alimentación de grandes ríos asiáticos, como el Indo, el Ganges, el Amarillo o el Yang Tse, que se extienden a lo largo de miles de kilómetros en el continente asiático, facilitando el suministro de agua potable y el soporte para la producción agrícola que abastece a una población de cerca de mil millones de personas.
Uno de los glaciares más estudiados en el Himalaya es el Chorabari, que ha retrocedido 260 metros desde 1962 y en los últimos años muestra un repliegue acelerado de la morrena terminal, a un ritmo de unos 9 metros por año.
La Organización para la Investigación Espacial de la India, utilizando imágenes de satélites para medir los cambios en 466 glaciares del área, ha descubierto una reducción media de los glaciares de más del 20 por ciento, entre los años 1962 y 2001, con casos en los que los glaciares más grandes se rompen en pedazos más pequeños, y cada uno se retrae más rápido que su progenitor. En el caso del glaciar Parbati, uno de los más grandes de la región, el ritmo de reducción es de nada menos que 50 metros al año.
El deshielo de los glaciares afecta a todas las regiones del mundo registrándose, por ejemplo, pérdidas de hielo del 22 por ciento en el glaciar Qori Kalis, en Perú, entre 1963 y 2002, o una disminución del glaciar de Pastoruri, en la Cordillera Blanca, del 40 por ciento de su tamaño, entre 1995 y 2006, lo que implicará, posiblemente, su completa desaparición dentro de unos 10 años, como ya le ha sucedido al de Cotacachi, en Ecuador, y al de Chacaltaya, en Bolivia, afectando al suministro de agua en La Paz.
La sexta parte de la población mundial se abastece por el agua de nieve de importantes cadenas de montañas, y algunos trabajos elaborados por instituciones de estudios estratégicos ya han pronosticado, para las próximas décadas, un posible aumento de los conflictos sociales ante el incremento de situaciones de escasez de recursos vitales.
Los glaciares son sistemas esenciales del planeta, pero son delicados, gráciles, como muchos otros elementos de una naturaleza cada vez más hostigada por la mano del hombre. En clave poética, y recogiendo unos versos de un maravilloso poema de Teresa Domingo Catalá: los glaciares son vestigios de un mundo en donde crepita el glaciar del cielo / se anuda al pecho liso de la luz / como una caracola incandescente / el glaciar alisa los cráteres malditos / y se enfrenta al poder de la masacre como un halcón de pico congelado / y unas pequeñas alas de amuleto …