La inspiración, esa misteriosa dama, fácil para algunos y esquiva para la mayoría, es, en ocasiones, y cuando las prisas aprietan, sustituida por un hermanastro barriobajero y colesterólico, aunque a la postre efectivo: el refrito.
El refrito es ese recurso, facilón aunque a veces inevitable, que se emplea, en el mundo de los informes técnicos, para entregar los trabajos en plazo, de elaboración baratita, al emplear información proveniente de otras fuentes (aunque al cliente se le puede cobrar como novedosa). Pero no solo ocurre en el mundo de los tecnólogos (¿que palabro tan horrible, no creen?)
En un reciente correo que me han enviado (gracias Rosa) sobre como Disney aprovechaba las imágenes repitiéndolas en varias películas, cambiándoles simplemente a los personajes de traje, me ha llevado a la siguiente reflexión ¿cuánto esfuerzo cuesta un trabajo original? ¿es distinto el mundo de la ciencia que el de la intelectualidad?
Todos recordamos esos, llamémoles, escandalillos en los que se vió envuelto en su senectud el ilustre premio nobel Camilo José Cela, con una denuncia por plagio en una de sus novelas, o como reciclaba, cual croqueta recalentada, el discurso “en defensa de la lengua”. También hemos visto esas imágenes “robadas” a Dragó comentando como le habían escrito uno de sus últimos libros o como a Ana Rosa Quintana el ordenador le traicionaba … Incluso, en ocasiones, si uno repite una muletilla, en un principio, ingeniosa, se torna penosa de tanto repetirla, como le ocurre a Luis María Anson y su speach sobre el certamen de Miss España.
Los casos más famosos están siempre asociados al mundo del espectáculo, por la repercusión mediática que tienen. Un ejemplo de ello lo tenemos en el malogrado Michael Jackson con su litigio que le presentó Al bano (y que perdió este último) o como un friki español aseguraba haber compuesto una canción muy parecida a “Thriller” nada menos que ¡en 1966!
¿Pero realmente localizamos el origen de estos atajos intelectuales? Esas chuletas, el copiar en los exámenes, el fotocopiar apuntes del compañero empollón, el que te pusieran en un trabajo de clase sin hacer nada, mientras estabas por ahí de juerga, el escaquearte … todo ello, con el tiempo, lleva, sin duda, a este tipo de delincuencia intelectual ¡!! En unprograma de la cadena ABC sobre el temible lado oscuro de la Universidad, nos mostraba como se fusilan tesis y trabajos sin piedad, para sacar buena nota. Un fenómeno, al que no se le ve el rostro, llamado Andy (¿en clave?) te prepara, por un módico precio trabajos, ensayos, e incluso te sustituye físicamente en los exámenes y en la prueba de selectividad…. lo que no cuenta es si también se dedica a la ingenieria financiera … Otro ejemplo de que tipo de seres pululan por las Universidades, son tres tramposos a los que el entrevistador, les pide sinceridad ante la pregunta ¿por qué estais en la Universidad? Y con sinceridad le contestan, vaya si no:
“Por mis padres”, “Porque tengo objetivos y ambiciones” y “Porque recibo mucho dinero por la beca”. Eso se llama tener vocación, pero no de lo que estudian…¿acabarán en el mundo de la política?.
Y claro, una cosa lleva a la otra…. quien copia en clase y plagia trabajos de curso, ¿porque no le va a costar plagiar una tesis? Si solo un tonto, o un becario, se tira cuatro años de su vida, como mínimo (yo llevo nueve) intentando escribir una tesis doctoral. En Méjico, y supongo que en todas partes, existen atajos, lamentables atajos, allí las llaman “tesis tiradas”.
Conclusión: si empiezas copiando en la ESO y en la Universidad, al menos haz de ello un negocio, como Andy, ¡en eso es más honrado !
PD. Otro día les cuento como me fusilaron un artículo ¡y cobraron por ello!