Autor: José Luis González García. Geólogo | El tema sobre el que escribiré hoy no trata sobre riesgos naturales sino sobre riesgos geopolíticos. Es un tema candente en el que algún geólogo, como Sadad al-Husseini también tiene algo que decir. Sadad nació en Siria, estudió geología en la Universidad de Beirut y se doctoró en la Universidad de Brown. Llegó a ser vicepresidente ejecutivo de Exploración y Producción de SAUDI ARAMCO, la mayor compañía petrolera del mundo. Ahora, su nombre aparece en los papeles filtrados por WikiLeaks a través del diario The Guardian.
Hace pocos años, Sadad se reunió con varios diplomáticos de la embajada americana en Riad y les desveló datos relevantes sobre prospectiva energética. Según este geólogo de ARAMCO, aunque la petrolera saudí pudiera alcanzar una producción de 12 millones de barriles por día en los próximos 10 años, sería incapaz de cumplir dicha meta en el corto plazo. Además, Al-Husseini mostró su desacuerdo con las actuales estimaciones de ARAMCO. En su opinión, las reservas de Arabia Saudí estarían sobrevaloradas en nada menos que 300.000 millones de barriles.
En la situación actual que afecta al mundo árabe y golfo pérsico estas consideraciones tienen una importancia capital. En la región se produce hasta el 35% del petróleo consumido en el mundo. Libia, uno de los países más afectados por los recientes disturbios, solo representa el 2% de la producción mundial de petróleo. Si Arabia Saudí pudiera incrementar en cuatro millones de barriles al día su actual producción de 8 millones y medio, se compensaría fácilmente la paralización de las extracciones en Libia, o de otros posibles países productores que pudieran resultar afectados por las revueltas. Pero si las capacidades de producción se hubieran exagerado los precios de mercado podrían continuar tensionados.
En el último mes, el precio del crudo se ha incrementado en un 20%. En parte, esta subida está motivada por factores fundamentales (fuerte aumento de la demanda) y por distorsiones artificiales de mercado. Pero nadie pone en duda la influencia que está teniendo en la subida el aumento del riesgo geopolítico.
Los mercados siempre descuentan el peor escenario. Quizás miran de reojo a Arabia Saudí, titular de los mayores depósitos de petróleo del planeta. Tal vez, como desvela Al-Husseini, no se pueda extraer en este país suficiente petróleo para contener la subida de precios en los próximos años. También es posible que Arabia Saudí no sea inmune, como algunos piensan, a los movimientos sociales y políticos que afectan a la región.
Estas posibilidades generan fuertes incertidumbres en un contexto cada vez más complejo. En la escena actual, la geopolítica y los aspectos de vulnerabilidad energética juegan un papel esencial. Por ello, opiniones acreditadas como la de Sadad facilitan la visión estratégica, algo imprescindible para asegurar una respuesta internacional que permita hacer frente a los desafíos del mundo actual.